HERRAMIENTAS DE TRADUCCIÓN
En nuestro posteo anterior hablábamos sobre cuán importantes son mis experiencias previas con el idioma, el valor que tiene nuestro conocimiento actual y cómo utilizar las herramientas que tenemos a disposición.
Una de estas herramientas es el traductor.
¿Es útil usarlo? ¿Me ayuda a aprender o evita mi progreso?
Traducir significa comprender el mecanismo de pensamiento de una lengua, por ende, su estructura gramatical, la carga histórico-cultural y la intención de ciertas palabras (connotación). Nos ayuda a ampliar nuestro vocabulario, comparar y establecer nuevas relaciones. Expandir nuestro conocimiento sobre el mundo.
Como todo, el uso excesivo de un traductor (o cualquier otra app) puede tener los efectos opuestos, ya que puede volverse dependiente, y lo que buscamos es independencia. Desarrollar un nivel para poder comunicarnos con confianza y claridad sin depender de otros.
Veamos el contexto:
Si tengo alguna urgencia, puedo recurrir a un traductor o aplicación que revise mi ortografía y redacción. Lograría resolver con rapidez y demostrando ciertas habilidades.
Si dispongo de un poco de tiempo, puedo elaborar algo espontáneo, usando un diccionario común, de colocaciones, o sinónimos, o una website que arroje ejemplos de oraciones con x palabra. Lograría poner en práctica lo que sé y mi capacidad de resolver comunicaciones por mis propios medios.
Las herramientas entonces, pueden ser externas e internas. Cada contexto requerirá de una o de otra.
Desde la academia, siempre los alentamos a caminar solos, a explorar su construcción de ese idioma extranjero que están estudiando. Y también les damos herramientas que los ayuden a potenciarlos.
Encontrar la autorregulación y el deseo de aprender será una práctica constante de cada individuo.
¿Vos en qué herramientas te apoyás hoy?